Bonus de Cristal
Honorables Caballeros, Doncellas y Distinguido Plebeyo. Quizás no os hayáis dado cuenta, pero la rivalidad existente entre el Caballero del Crepúsculo y la Doncella Anabella del Caos es mucha, y ambos no pueden esperarse a la final. No, han decidido enfrentarse en duelo. Primero, nosotros les alentamos en los comentarios de la última entrada a que se lanzaran el último desafío, ellos aceptaron, pero no sólo vino el desafío, sino un duelo de poesía. Aquí os dejamos el desafío:
Caballero del Crepúsculo
Yo, CABALLERO DEL CREPÚSCULO, cosidero que La DONCELLA ANNABELLA DEL CAOS, le teme al filo de mi espada y sabe que perdería; quizá por eso no responde a mi reto de forma concreta. Se le está agotando el tiempo mientras esconde su temor. Caballero del crepúsculo.
Doncella Anabella del Caos
Caballero del Crepúsculo, mi ausencia del castillo y el huso horario que nos separa creo que están siendo un inconveniente para este reto que nunca llega. Si me retáis, decidme a qué: ¿Duelo de versos o duelo de historias narradas?
Caballero del Crepúsculo
Tiene razón Apreciada Doncella, se nos está haciendo difícil coincidir por el huso horario. Vamonos de versos para que todos disfrutemos con la espada de nuestras letras.
Finalmente, han decidido blandir sus armas en post de la poesía y nos han regalado este duelo. Pero tranquilos, sólo ha sido un calentamiento de sus plumas para la gran final que se está acercando...
Caballero del Crepúsculo:
¡Cómo no quererte!
Si llegas a mi alma con furia de huracanes,
si envuelves mi pensar de torbellinos,
si mi insomnio te besa en madrugadas.
¡Cómo no quererte!
Si estás noche tras noche arrullando mi piel con tus caricias,
despertando mis sueños con tu voz y tu sonrisa.
¡Cómo no quererte!
Si en cada amanecer eres aurora llenándome de luces toda mi alma,
Si tu aliento me llega cual rocío, si tus ojos se posan dejando entre los míos,
un verso de ternura que me calma.
Si siempre vas dejando la huella de un amor desmesurado,
de un amor que tramonta el infinito, gigante e inacabado.
Ese amor que se eleva como el viento, deletreando en el aire tu hermosura,
tu alegría, tu cadencia, tu dulzura, tus ganas con mis ganas en un soplo de amor
y de ternura.
¡Cómo no quererte!
si quiero fundirme en tu pasado, en tu hoy, en tu mañana,
en tu aquí, en tu allá y las benditas formas que el tiempo te regala.
Si mi piel llama tu piel con el recuerdo de noches bellas que pasaron,
tu en mí, yo en ti, hirviendo en un llama,
con las ansias benditas de unas bocas diciendo como se ama.
Si te miro y me llevo tu mirada,
me llevo tu sonrisa en las manos cerradas, y escondo tu mirada y escondo tu sonrisa...sin que tú sepas nada.
¡Cómo no quererte!
si sosiego el callar de la nostalgia,
tal vez no calle las ansias de la muerte
y moriré callando... las ganas de tenerte.
Doncella Anabella del Caos:
No está mal, Caballero del Crepúsculo...
Contigo llego al horizonte.
Suaves verdes llegan a mis ojos
incansables de silencios;
húmedos sonidos, claros deseos, ciclos bien definidos,
espíritus que dibujan formas abstractas.
Sinuosas y densas curvas se acercan
a las escasas fuerzas que quedan
después de hundirnos
en este terremoto de sentimientos,
en lo que somos cuando juntos buscamos nuevas formas,
nuevos espacios dentro de la oscura sombra
del escondite donde vivimos.
Caballero del Crepúsculo:
Mi bella Doncella, sus letras y las mías ondean los aires cercanos al castillo.
Más pensaba;
que diferentes somos en la niebla
cuando a nuestros ojos giran los paisajes
cubiertos por la bruma de tantas emociones.
De como ellas encienden el fuego
que en el placer y el goce nos alumbra,
y del sentir en la penumbra, un éxtasis dorado que nos quema.
De como se tribula en la congoja
y la pasión que nos consume,
aquello que crece o disminuye
tal vez como una ola,
formando nuestro anhelo.
En cada alma hay un pañuelo de secretos, de tristezas, de versos, de sonetos,
de querer volar como cometas
para mirar el mundo que nos mira
en una forma ególatra que inquieta.
Somos nosotros mismos queriendo ser ajenos,
soñando nuestro sueño desde el nido,
buscamos en lo eterno lo divino
bailando en el compás de los espejos.
Besos para tu alma.
Doncella Anabella del Caos:
Bailemos pues…
Y mientras la niebla cubre las almenas
calienta tus manos en el fuego
cubre con mantas tus piernas cansadas.
Abandónate a la noche
y a la lluvia que mece esa luna ingrata.
Abandónate a mis ojos
mientras huyes de mi alma
y tiemblan las palabras en tus labios.
Creíste vencer
creíste lograr el espacio que no existe.
Creíste alcanzar
la alcoba de una doncella que salió de caza.
Caballero del Crepúsculo:
Precioso poema que llega a mi alma de poeta; pero no puedo abandonarme, ni pienses que me marcho...
Llegaré a ese lugar antes que te vayas
Y recogeré el latido de tu corazón a través de tu mirada.
Recogeré en tu piel aún salobre las ansias bañadas por estrellas,
llenándome de luz hasta que pueda.
Antes que te vayas escribiré en tu piel las ansias de mis dedos
De mis noches sin ti, de los silencios y mis miedos;
de las cosas que dije entre dormido con la ausencia cargada de esperanzas.
Te dejaré marcadas las caricias soñadas entre lunas
cuando mis labios besaban las almohadas,
te dejaré marcadas las pasiones y ternuras
mientras soñaba tu cuerpo siempre a oscuras.
No dejaré que te vayas sin mis besos,
que se humedezcan también tus pensamientos
Con el abrazo reprimido que llevo en tanto tiempo.
Antes que te vayas robaré con mis manos tus caderas
Y me llenare de aromas con el roce sutil del vientre tuyo
Me quedaré con tu sonrisa y tus espasmos que en la brisa
cantarán como un arrullo.
Ya no habrá mas esperas porque todo, todo será mío.
Tus ansias, tus quejidos, tus labios, tus latidos,
Tu pensar jugando entre mis sienes,
Tu voz confundida con mi aliento,
Tus manos enredadas con mis manos
Y tu alma no será tu alma, Será mi pensamiento.
Con besos para tu alma. Gracias por tus letras.
Doncella Anabella del Caos:
La flecha de tus versos rasgó mi corazón. Pero antes de retirarme a mis aposentos...
Fue con la música de las almas
y el soliloquio de los árboles susurrantes al amanecer.
Tu amor sorprendió las tristezas trastornando los gozos.
Dio vida a las esperanzas
y cantó todas las canciones al sol.
Delante de las piedras, delante de la tierra,
sobre las hojas, sobre la manta de flores secas
así amamos las noches al morir los días,
sorprendidos, en alabanza.
Ya podemos captar cada aroma envenenado
de las sombras y las lluvias repentinas.
Ahogaremos en el agua lo sobrante
y resurgirán húmedas de amor las sonrisas
con amalgamas de colores,
siglos de tu amor.
Caballero del Crepúsculo:
Gracias una vez más por tus palabras y tus versos.
Porque para nosotros no es lejano el amanecer,
Ni la lluvia, ni la tormenta, ni el sueño,
Ni el viento que al pasar nos roza, ni la muerte del sol en el ocaso.
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